domingo, 23 de septiembre de 2012

Diario de un cuerpo, de Daniel pennac, 1.



 Vale la pena empezar leyendo este comentario al libro de Daniel Pennac "Diario de un cuerpo", en Mondadori, traducido por Manuel Serrat

http://antoncastro.blogia.com/2012/062004-pennac-y-su-diario-de-un-cuerpo-.php



Y vale la pena empezar a leer este libro tan hermoso.


2 comentarios:

  1. Interesante reseña de un libro "dedicado al cuerpo", realmente interesante. Me preguntaba, ¿habrá diferencias entre ver la vida desde el cuerpo y estar hipnotizado por él? Sólo he leído la reseña, no el libro, pero a medida que iba leyendo el contenido, pensaba en ello.Parece, el autor, arrebatado por el cuerpo y su funcionamiento, tanto así que ,al parecer (repito, no he leído el libro)se abstraía de otro tipo de intereses ¿o sería otro tipo de lectura?

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  2. ¡Saludos, don Efraín!
    He comenzado por dar el espacio a alguien que ya leyó el libro entero -con provecho, se vé, porquesus comentarios son amplios y generosos-; yo estoy todavía en los comienos de la lectura. Ana Zamakona Chavarría, que además de ser una lectora de raza, con un ojo excepcional y un oído educado y atinado -además, decía, de esto y de más- es mi mujer, me lo ha venido recomendando desde que lo terminó en Junio, y en cuanto he leído quince páginas, me ha atrapado. Es algo fuera de lo común, y muy fuera de cualquier cosa que yo me hubiese imaginado. Es un libro bellísimo. Algo así como El Principito: no solo un relato, sino que una atmósfera, un estado del alma, una revelación... y una delicia, y una fiesta, y una burla... 'Qué gran cosa! He vuelto a empezar y me he pertrechado con papel y lápiz para ir anotando las que serán, en años venideros, citas que usaré una y otra vez en contextos muy diversos. Ejemplo, pag 60: "Yo ignoraba eentonces -el protagonista habla de sí mismo muchos años después- que mi madre no pensaba, que formaba parte de la innumerable cohorte de aquellos que "en su alma y conciencia", llaman "opinión", "convicción", "certidumbre" e incluso "sentimiento", e incluso "pensamiento" a las vagas y sin embargo tiránicas sensaciones que arman sus juicios".

    En cuanto a su pregunta de si "habrá diferencias entre la vida desde el cuerpo y estar hipnotizado por él", me parece no la entiendo: ¿Qué, cómo será, si es que tal cosa existe, el estar hipnotizado por el cuerpo? ¿Qué sujeto podrá informarnos de que su vivencia es la de estar hipnotizado por su cuerpo, y qué fiabilidad podemos esperar de las descripciones de esa persona que está de por sí "hipnotizada"?

    Que el libro consista -es el recursoo que usa Pennac- en los supuestos diarios que escribió durante 70 años alguien muy lúcido, que los entrega a su hija a su muerte, y que el motivo esté -me parece- inspirado en Montaigne y sus excepcionales autodescripciones de los procesos somáticos de su día a día es lo de menos. Pero, ¡qué sorpresa de libro, qué sabor tan rico, qué fuene de conocimiento y qué amor a lo humano en su dimensión plena, carajo!
    Abrazos.

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