lunes, 9 de abril de 2012

Mi curso en Madrid III


 La psicoterapia es, pues, más que nada, antes que nada, relación.

No es exactamente eso lo que suele pensar “la gente”.
Hay una especie de opinión común que imagina la psicoterapia como un intercambio verbal.
Hay quien imagina ese intercambio como un “recibir consejos y tareas” de parte de  un técnico.
Hay quien piensa que quien tiene que hablar –todo el tiempo, sin apenas respuesta- es el paciente.

Estas creencias parece que se fundan en lo que de más superficial se coló a la opinión pública de las primeras formas de abordaje de la escuela de Freud. Tienen por lo tanto un siglo de antigüedad… y llevan desajustadas respecto de lo que realmente sucede en las sesiones de psicoterapia algo así como ochenta años. (Lo que puede llevar a quien quiera a reflexionar acerca de porqué se suministra al público una versión  tan pobre de una forma tan avanzada de abordar el mal vivir humano…)

Lo cierto es que desde muy temprano distintos autores enriquecieron imparablemente aquella versión que parecía limitarse a un diálogo “analítico” entre un sabio y un alienado. Pronto se empezaron a tomar en cuenta los aspectos corporales  inherentes a la relación psicoterapéutica. A los interesados les suenan Groddek, Adler, Fennichel, Reich…. Pero antes de entrar en este tema, recordemos que igualmente se añadieron aspectos sociológicos,  simbólicos, sistémicos, culturales…

La psicoterapia es mucho más que un intercambio verbal; eso sin contar que, como dijo alguien,

 “un mero intercambio verbal,
 ¿no es acaso mucho, mucho más que un mero intercambio verbal?”



1 comentario:

  1. para mi,(...?¿?...) es un intercambio,
    de presencia, verbal, corporal, emocional
    de vacío, de dificultad, de energía,
    del no saber y el no entender, de sentir...
    de todo y nada.
    un espacio de intercambio humano en el que francamente no puedo
    definir, ni explicar...son instantes con y sin intención, de luz y oscuridad, de experiencia y de novato, de atreverse, del contacto creativo al sagaz, de lo pequeño y humilde al latigo egoico, paseando por el corazón y las tripas, de lo relativo a lo cómico...de que se yo cuantas cosas más y nada. de sostener y acompañar sin salvar, de aceptar y de creer.
    un mero intercambio verbal?
    un abrazo, Ander.

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